En todo caso pregunté en una tienda si era posible volver a fijar los tornillos de la fijación pero la respuesta fue que no. Llegado a éste punto y con las ganas de salir a la nieve surgió la siguiente duda, ¿vale la pena comprarme otros skiboards o tal vez unos esquís cortos de aproximación?.
Las temperaturas agradables de éste invierno, es decir no tan frías, en torno a -10 grados centígrados junto a algunas nevadas las he aprovechado para montar en la BTT4 (Bicicleta Todo Terreno con Neumático de 4 pulgadas) por los senderos preparados por el bosque o también por las ciclovías con nieve compactada pero también me ha entrado las ganas de recorrer los senderos por el bosque con un material más ligero.
Después de una nevada por lo general, no hay como pedalear inmediatamente por el bosque con la BTT4 porque hay que esperar a que pasen la máquina compactando la nieve, cuando éste era el caso, utilizaba los skibaords para pasear por el bosque, pero ahora con los skiboards de travesía rotos, tampoco tengo otra alternativa.
En varias ocasiones paseando por el bosque vi una huella delgada de esquí de fondo, así que me puse a investigar cuál es el tipo de esquí que más me convendría. Llegué a la conclusión de que lo mejor sería unos esquís de fondo con cantos, no tan anchos para que me permitiesen practicar en la pista para luego salir por los caminos del bosque.
No tarde tanto en encontrar equipo adecuado en la única tienda de deporte de éste pequeño pueblo que es Kimberley, en la Columbia Británica. La motivación fue tan grande que decidí irme sin ningún tipo de preparación directamente a los senderos por el bosque, después de todo pensé ya he caminado con esquís y pieles y el esquí de fondo de travesía no puede ser mucho más diferente.
Con todas las ganas me puse todo mi nuevo material, me calcé los esquís en el patio de la casa y comencé a caminar hasta el parque natural de Kimberley. Los esquís se hundían muchísimo en la nieve y resbalé inmediatamente en la primera zancada, esto no ha sido tan fácil como creía. Volver a ponerme de pie fue imposible con estos esquís tan largos ya que yo estaba habituado a mis skiboards que tienen la longitud de una raqueta de nieve.
Me metí a una huella compactada para la bicicleta y en una bajada agarré una velocidad desproporcionada para mi destreza, por suerte logré controlar y me frené contra la nieve. En todo caso seguí caminando, los bastones enormes me permitieron cubrir fácilmente en plano bastante distancia. Llegué hasta una parte empinada del camino en donde las escamas del esquí ya no tenían tracción, razón por la cual resbalé hacia atrás, me caí en al nieve y allí acabó mi primera experiencia. Echado en la nieve y sin ningún apuro entre risas reflexioné y me dije: no está mal esta primera experiencia, pero creo que hubiera sido más fácil si hubiera ido a la pista de esquí de fondo para practicar.
De regreso en la casa vi un tutorial para principiantes en esquí de fondo que me ayudó mucho en mi segunda vuelta por el bosque. Con los skiboards de travesía rotos también me sobraron las pieles así que decidí cortarlas y utilizarlas en los nuevos esquís de fondo. Estas pieles solo tienen un metro de longitud y me ayudarán en las subidas y también a deslizarme más lentamente en las bajadas pensé.
Disfruté mucho en la segunda vuelta por el bosque, el tutorial para principiantes tuvo su efecto, ya no resbalé y pude controlar totalmente a estos esquís tan largos. Llegué a la parte empinada del camino y monté las pieles que funcionaron a la perfección.
En los siguientes días practiqué en el circuito de esquí de fondo que me ayudó sobre todo a deslizar más eficientemente sin dar tantos pasos además de controlar mejor la velocidad en las bajadas.
El esquí de fondo de travesía vale la pena, ha sido un nuevo deporte de nieve para mi que lo estoy disfrutando a tope y os recomiendo en el caso de que tengan a bosques nevados que no tengan tanto desnivel.